Un mundo para los millennials

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Semana Económica.- 14.03.2017. SANDRA VALDIVIA, JEFA DE PROYECTO IPAE-CADE UNIVERSITARIO

Desde la generación perdida a la silenciosa, desde los baby boomers a los X, ahora bajo la lupa está la generación Z o millennials. No existe precisión o consenso sobre las fechas de inicio y fin de esta generación; la mayoría señala que son quienes han nacido entre 1980 y el 2000. ¿Cuál es su percepción del mundo, qué los motiva o desalienta?  De acuerdo con la Encuesta Millennial de Deloitte (2017), es un grupo poco optimista ante la política; sin embargo está dispuesto a trabajar en proyectos que generen alto impacto en la sociedad.

En esta encuesta que se realiza a nivel global, en países como Estados Unidos o el Reino Unido, los resultados están marcados por la crisis económica del 2008, el brexit, entre otros. Así, a un 25% de los millennials de estas regiones les preocupa principalmente el desempleo.

En general se percibe un ambiente pesimista, ya que menos de la mitad cree que mejorarán las condiciones económicas en el mundo y en sus países. En el caso del Perú, el 47% de los jóvenes tiene una visión positiva del futuro económico.

Las preocupaciones cambian de acuerdo a la región de procedencia, en los mercados emergentes, como el nuestro, más de la mitad de los millennials considera como grandes problemas el crimen, la corrupción, los servicios de salud y la inequidad.

Y como todo es dialéctico, en contraposición con los aspectos negativos, surgen las motivaciones. Esta generación está muy interesada en generar cambios en su entorno, principalmente a través de los emprendimientos. Los millennials trasladan el bienestar individual al bienestar colectivo, les importa tener un comportamiento ético, se inspiran y deciden seguir a líderes comprometidos con la sociedad y tienen ambiciones que van más allá de tener dinero. Reflexionan sobre algunos problemas respecto de los cuales tienen sentido de responsabilidad, y además pueden influir en el medio ambiente y en la equidad social. Gracias a la globalización a través de Internet, se ha democratizado el acceso a la información y la toma de decisiones, más entre los jóvenes, y eso determina su mayor participación e incidencia.

Es alentador que esta generación busque la sostenibilidad y nos reta a generar entornos en los cuales los jóvenes puedan materializar estas aspiraciones. Están convencidos de que su voz se debe escuchar y respetar más allá de su experiencia o edad. En el Perú se van formando y consolidando algunos espacios que animan el entusiasmo de los millennials, por ejemplo, a través del ecosistema de emprendimiento e innovación social, o mediante los foros de reflexión y acción, como CADE Universitario, donde los estudiantes de educación superior de distintas regiones del país se comprometen a generar cambios positivos.

Solamente en el 2016 fueron diseñadas y planteadas más de veinte de soluciones innovadoras en respuesta a distintos retos en el Desafío CADE Universitario, el gran laboratorio de innovación social juvenil en el que participaron más de seiscientos jóvenes. Una forma de contribuir con el desarrollo de nuestra sociedad es formando y canalizando la energía de este caudal juvenil. Aprovechemos sus potencialidades, el pesimismo debe revertirse, pues las condiciones están dadas. “La oportunidad es ahora”, fue el lema de CADE Ejecutivos 2016, y lo es también para que esta generación deje una huella en la historia.