Mejorando el vínculo docente-alumno

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Semana Económica.- 15.08.2017. Drago Kisic Aguirre, Miembro del Comité CADE EDUCACIÓN 2017

Uno de los retos más importantes que surgen en la educación moderna es el de modificar la relación profesor-alumno, relación que tradicionalmente se da bajo cierta verticalidad y de manera unidireccional, es decir, con un flujo de información que va desde el docente hacia el alumno, que asume un rol receptor, más pasivo.

Las metodologías modernas requieren un rol más horizontal del docente, con una función más de facilitador y mentor. Esto permite que el alumno sea protagonista de su propio aprendizaje y transmita sus curiosidades e intereses, para que sean tomados en cuenta en el diseño de las clases y en el acompañamiento más individualizado que el docente genera para cada alumno.

En esta visión de la educación, se prioriza la formación integral del alumno, no sólo en habilidades técnicas sino en competencias que le permitan enfrentar los diversos retos que pueden surgir a lo largo de su vida. Aquí, la tarea de la educación, se centra en formar seres humanos confiables, respetables, con consciencia ciudadana y capaces de aprender dentro y fuera del aula, de acuerdo con sus intereses y necesidades.

Para que este aprendizaje pueda darse, el ámbito que genere el docente debe contribuir en la aceptación de cada alumno como un ser legítimo en su totalidad y esto solo es posible en un espacio armónico, donde el profesor acompaña al alumno y valora su quehacer de manera no competitiva y no cuestiona o etiqueta su forma de ser.

Esta es la base fundamental para que el alumno desarrolle su autoestima y sea capaz de reflexionar libremente sobre sus acciones; capaz de ver, tolerar y corregir errores; capaz de vivir una conducta ética porque es responsable de sus acciones y sus consecuencias; y por consiguiente actuar por consciencia ética y no solo para cumplir las reglas.

De esta manera estaremos formando seres humanos integrales, que se desenvuelven con pasión y sentido de propósito, que se respetan a sí mismos y a los demás, dispuestos a colaborar y utilizar su creatividad para resolver los problemas comunes. Estaremos formando no solo buenos profesionales sino buenas personas y buenos ciudadanos. Mejoremos la relación docente-alumno y llevemos la educación a otro nivel.