Julio Luque: «El 2017 va a terminar como un año malo, el 2018 será mejor»

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Semana Económica.- 14.08.2017. Julio Luque, presidente de IPAE, comenta los desafíos de desarrollo del Perú que hoy intenta discutir y resolver desde la asociación, que cambia de enfoque tras la venta del instituto.

IPAE, ahora una asociación sin fines de lucro, apunta a cambiar su imagen para acentuar su conversión hacia un think tank. El cambio se da tras la venta de su instituto educativo al grupo Intercorp en el 2014, lo que le permite enfocarse únicamente en la promoción del desarrollo empresarial y social. En sus inicios, hace 58 años, IPAE se percató de la necesidad de un instituto para formar empresarios y emprendedores. Con el tiempo, la oferta aumentó y dejó de ser necesario quedarse con uno.

La entidad busca promover el desarrollo y competitividad. Organiza los foros CADE, tanto el CADE Ejecutivos como el universitario y educativo, donde genera discusión en torno a las principales problemáticas del país.

SEMANAeconómica conversó con Julio Luque, presidente de IPAE, sobre los problemas estructurales que enfrenta el Perú y las perspectivas de cambio para este y el próximo año. El ejecutivo también detalla el cambio de imagen en IPAE.

¿Qué problemas estructurales han identificado en el Perú?

Uno de los temas es la institucionalidad. El desarrollo económico que el Perú ha tenido en los últimos 25 años ha sido un caso exitoso. Sin embargo, es claro que no ha ido acompañado de ciertas instituciones que garanticen la sostenibilidad de este proceso en el futuro. En general, el Poder Judicial, la Fiscalía y otras instituciones nos preocupan. Nuestro comité de institucionalidad está viendo hacer algunas propuestas y el tema estará muy presente en la próxima CADE.

El optimismo de los CEO peruanos cayó a su menor nivel en el segundo trimestre de este año desde que PPK asumió el gobierno. ¿Cuál es su percepción?

Estos procesos de optimismo y pesimismo están muy guiados por cuál era la expectativa de que ocurriese algo y cuál fue la realidad. Hoy hay un gap muy grande. Después de cinco años de un gobierno mediocre que no confiaba en la inversión privada, entró PPK con gente pro-mercado y preparada. Yo creo que ahí la expectativa se desbordó en el sentido de que “los resultados los vamos a ver en tres meses”. Eso no era razonable.

El gobierno fue optimista en pensar que iba a destrabar los proyectos en tres o cuatro meses. Es claro que en este momento hemos tocado fondo, y como decía Roberto Abusada en un artículo: de aquí para adelante es ganancia. El proceso de reconstruccióntendrá un efecto positivo. Creo que algunos de los proyectos por fin se van a comenzar a destrabar. Va a terminar como un año malo; el 2018 será mejor. Es un optimismo racional.

¿Es necesario que se destrabe un proyecto importante para darle un shock de confianza al empresariado?

Sí. Ese fue el error del gobierno con Chinchero, el monto de inversión en este proyecto no era uno relevante para la economía. Sin embargo, era la señal de algo que estaba parado ya estaba caminando. Es importante dar una señal así con la Línea 2 del Metro de Lima o con el Gasoducto Sur Peruano, porque los montos son más relevantes.

¿Identifica algún sector que podría recuperarse este o el próximo año? ¿Ve una recuperación importante?

Lo primero que debería reactivarse es consumo masivo, dado que el consumidor rápidamente puede tomar esa decisión de compra sin estar seguro que la economía se haya recuperado. Yo confío que el retail, que involucra actividades de este tipo, se recuperará al inicio del 2018. El retail de productos con tickets mayores puede demorar más. Al final se recuperarán los mercados de autos y vivienda, este último un sector muy golpeado en los últimos tres años.

Mucho de esto está vinculado al crédito. Tenemos un sistema financiero muy bien gestionado, con índices de morosidad bastante bien controlados. Difícilmente nos vamos a exponer a una crisis bancaria o financiera. El lado negativo es que inmediatamente los agentes financieros ven cualquier signo de desaceleración y se retraen. En el caso del mercado de vivienda es clamoroso. Lima pasó vender 30,000 viviendas al año a vender 12,000. La gente quiere comprar pero no tiene acceso al crédito. Cuando los bancos comiencen a arriesgar un poco más, ahí empezará a levantar vivienda, electrodomésticos, entre otros. Espero que comience a ocurrir en el 2018.

CAMBIO EN IPAE

¿Qué buscan proyecta IPAE con el cambio de imagen?

Este evidencia cambios sustanciales que se han dado dentro de IPAE. En el 2014 vendimos el instituto y ello representó una transformación radical. Pasó a ser lo que originalmente fue su meta: un think tank para proponer, ejecutar y apoyar en todo lo necesario para que el Perú sea un país desarrollado. Hemos pasado de más de 1,000 personas a ser un centro de estudios donde tenemos alrededor de treinta colaboradores.

¿En qué ámbitos han decidido enfocarse tras la venta del instituto?

IPAE tiene tres ámbitos de actuación: el educativo, el de desarrollo estratégico y el de innovación. En el educativo, tenemos el programa ‘Escuelas Exitosas’ en áreas rurales donde hemos apoyado a 163 escuelas en su gestión y capacidad educativa. Hemos impactado a 61,000 estudiantes en los diez años que tiene el programa. Desarrollamos el programa ‘Educa+’ dirigido a colegios privados. En dos años de gestión de este último programa, contamos con 47 colegios y esperamos alrededor de 100 en el 2017. También promovimos el portal ‘Ponte en Carrera‘, con el Ministerio de Educación y el Ministerio de Trabajo.

¿Existe un apoyo económico para estas actividades?

Muchas de las actividad de IPAE son pro bono, pero no el 100%. Algunas son parciales y cubrimos parte del gasto. Tenemos ingresos derivados de la estructura educativa que tuvimos y de la venta del instituto educativo. Administramos eso como un fondo y elegimos aquellos proyectos que consideramos más relevantes para el país y en los cuales IPAE debe financieramente actuar pro bono.

¿En qué consisten las demás áreas de trabajo?

En el ámbito de desarrollo estratégico nos dedicamos a la promoción de políticas públicas. Contamos con un comité de institucionalidad mediante el cual proponemos e interactuamos con los diferentes gobiernos. En esta área hacemos las CADE (Ejecutivos, Universitario y Educación).

Luego tenemos el ámbito de innovación, con el Comité Perú Digital, compuesto por doce personas provenientes de diferentes sectores como el tecnológico, digital, y publicitario, dedicadas apoyar en la transformación digital de empresas privadas y el sector público. Este grupo se formó hace dos meses para mejorar la competitividad del Perú vía la creación de espacios de discusión y la propuesta de políticas públicas que impulsen la estandarización de la innovación y su alcance en toda la legislación nacional.

También estamos evaluando un cuarto ámbito, el de competitividad.

¿Qué buscan lograr con el cuarto ámbito y para cuándo estaría concretado?

Usualmente el enfoque hacia la competitividad suele venir del sector público. En el Perú ya existe el Consejo Nacional de Competitividad, pero nosotros queremos hacerlo desde el sector privado para trabajar en conexión con el Estado. Esto sucede en otros países, como México, Colombia y España, que tienen estos consejos. Para la CADE, buscamos tener una propuesta más armada. Esto no sería un gremio.