Diario El Correo – 24/05/2016.- Igor Grimaldo, gerente del Centro de Desarrollo Empresarial de IPAE. Especialista señala que las oportunidades de desarrollo para las pequeñas y medianas empresas se encuentran en probar nuevas recetas.
En sus casi 20 años de experiencia profesional en el campo de los negocios, Igor Grimaldo considera vital para cualquier empresa, especialmente para las medianas que desean convertirse en grandes, la elaboración de un planeamiento estratégico que parte de una sola pregunta: ¿cuál es la visión que tiene de la empresa? Esta interrogante, según comenta, suele quedarse solo en los documentos oficiales, pero muy pocas veces los principales actores de alto nivel en una compañía logran tener una sola versión al respecto. Con lo cual, se genera uno de muchos problemas. “Unos giran a la izquierda, otros a la derecha y no tienen un norte”, advierte Grimaldo.
¿Es posible crecer aún en tiempos de crisis?
Claro que sí. De hecho en el año 2014, una de cada cuatro empresas creció más de 20% en su renta. Pero también está la otra noticia de que una de cada cuatro perdió el 50% de las ventas en ese mismo periodo. De un lado tienes un grupo que crece, y otro que cae. Esto significa que las empresas medianas aún son muy vulnerables.
Y son las que tienen más potencial de desarrollar empleos…
Claro. Entre empresas grandes y corporativas estamos hablando como de 3200 compañías, y sin embargo, en las empresas medianas tienes 30,000. Las de arriba prácticamente aportan el 50% del PBI, pero si se logra que solo el 10% de las empresas medianas crezcan hasta el siguiente nivel, se tendrá 3000 nuevas grandes empresas. Con lo cual, se duplica el aporte al PBI. Solo con esa medida, se puede crecer en la forma que todos los políticos desean.
¿Cómo se refleja esta vulnerabilidad en las empresas medianas?
En tres síntomas: empiezan a tener contingencias tributarias (tienen multas) porque la gestión contable y financiera no ha sido la más adecuada. De otro lado, tienen contingencias laborales porque son empresas que normalmente se han iniciado con un componente informal. Por último, tienen contingencias internas que van desde los robos (por personas que creían eran de confianza) hasta problemas de organización por no haber definido los perfiles de cada cargo.
¿Cómo identificar los problemas de una empresa?
Sin saber siquiera cómo manejar el negocio, puedes preguntarte qué tipo de perfil debe tener el gerente general de una compañía y luego, como primera opción, buscar alguien de la familia que aplique para tener esas funciones. Nunca al revés. Se debe establecer un protocolo familiar porque es donde se fija cómo debe tratarse una empresa.
¿Qué se puede hacer frente a un problema de liderazgo?
Invitar a directores que tengan experiencia en sectores similares y afines para tener un directorio plural. Definir la forma de liderazgo es como armar un equipo de fútbol, solo se tienen once jugadores porque con ese número se juega. Se debe tener una organización exacta y a la medida de la empresa.
¿Existen distintos modelos de desarrollo para cada empresa?
Claro. Hay empresas que pueden decir, por ejemplo, que no necesariamente crecerán en el mercado sino que van a invertir en mejorar su imagen de marca. Lo que se hace en ese caso es una optimización de costos y de procesos para que la empresa produzca lo mismo con el 20% menos de costo.
¿Qué fortalezas puede haber en una empresa familiar que quizá no suelen aprovecharse adecuadamente?
La principal fortaleza es el espíritu emprendedor y el modelo exitoso de negocio que los llevó a donde están. Pero el mercado es cada vez más cambiante, hay más competencia de fuera y por lo tanto, siempre deben buscar nuevas formas de competir. No se mejora haciendo siempre lo mismo. Si aplicas la misma receta, te saldrá la misma torta.
¿En qué elementos una empresa debería fijarse cuando evalúa su entorno?
En general, se tiene que cuidar tres dimensiones: clientes, mercado y competencia. Evaluar bien a la competencia te permite identificar el nivel de eficiencia con el que produces. El otro análisis que también se debe hacer es en base a la historia propia, preguntarse en qué momento les fue mejor y por qué razones.
DATO
Igor Grimaldo. Gerente. Economista por la Pontificia Universidad Católica del Perú y MBA Global, con experiencia en el área comercial y marketing. Actual gerente del Centro de Desarrollo Empresarial de IPAE.
40 millones de soles en promedio es lo máximo que factura una empresa considerada mediana.
90 por ciento de las empresas medianas en Perú son familiares.