La historia detrás del evento

Gestión.- 25.05.2016. Todo empezó con la Iniciativa por los Jóvenes de Nestlé. Entérate por qué se organizó y cuáles son sus objetivos.

El desempleo juvenil fue una de las peores consecuencias de la crisis económica del 2013. Con cifras que superaron el 50% en lugares como Grecia y España, el economista alemán Jürgen B. Donges explicó entonces que aquella situación estaba generando dos efectos igual de negativos: por un lado, los chicos dejaban de estar motivados y sus capacidades eran desaprovechadas; por el otro, el país perdía capital humano porque muchos empezaron a emigrar. En ese contexto, Nestlé lanzó la “Iniciativa por los Jóvenes” con una meta global: mejorar la empleabilidad de miles de ciudadanos entre 18 y 30 años.

Como explicó a la agencia Efe Laurent Freixe, vicepresidente ejecutivo de Nestlé para la Zona Américas, “el empleo es el primer elemento de integración social y creemos que con la experiencia y presencia global que tenemos, con operaciones y fábricas en más o menos todos los países del mundo, podemos marcar la diferencia”. Así, este programa llegó a Latinoamérica en el 2015 y se presentó en el Perú durante el último CADE Universitario, donde se realizó una exitosa dinámica llamada “La entrevista de tu vida” gracias a un convenio con IPAE y la prestigiosa reclutadora internacional Michale Page. Además, se firmó un convenio con Pronabec enfocado en los programas Beca 18, Beca Presidente y Beca Técnico Productiva.

No es necesario esperar otra crisis para prestarle atención a las cifras: hoy, el 40% de desempleados en el mundo son jóvenes. Eso equivale a más de 73 millones de personas, entre las cuales más de un millón son peruanos. De esta manera, una de las iniciativas de Nestlé fue organizar el I Encuentro de los Jóvenes de la Alianza del Pacífico, un evento que se realizó el pasado 19 de mayo para crear vínculos entre el gobierno, la empresa privada, emprendedores y estudiantes en temas de educación y trabajo.

Integrada por México, Colombia, Chile y Perú, la Alianza del Pacífico nació en abril del 2011 con la misión de impulsar el crecimiento económico y la inclusión social, así que convocar a la juventud se ha vuelto una prioridad que pretende sostenerse en el tiempo. El programa incluyó conversatorios, paneles, conferencias y espacios de trabajo que trataron asuntos como la relación entre el comportamiento de las economías y la empleabilidad, la digitalización en el mercado y el enfoque emprendedor que está reemplazando la visión tradicional del empleo juvenil.

Entre las personalidades que participaron están Laurent Freixe, vicepresidente ejecutivo de Nestlé para la Zona Américas;Pedro Cateriano, primer ministro peruano; Mauro Dell’Ambrogio, secretario de Estado para la Educación y la Innovación del gobierno suizo; Alberto Rodríguez, director del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela; y emprendedores como Teresa Boullón, fundadora de la empresa social Un Millón de Niños Lectores.

Cuando se presentó la “Iniciativa por los Jóvenes” en nuestro país, el CEO de Nestlé Perú, Juan Gabriel Reyes, compartió una visión tan humana como práctica: si las nuevas generaciones no tienen futuro, la compañía tampoco. Teniendo a Suiza como país observador y al gobierno peruano ejerciendo la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico, el ejecutivo fue el encargado de clausurar un evento que nos recuerda por qué el futuro se construye en el presente.

Igor Grimaldo: «No se mejora haciendo siempre lo mismo»

Diario El Correo – 24/05/2016.- Igor Grimaldo, gerente del Centro de Desarrollo Empresarial de IPAE. Especialista señala que las oportunidades de desarrollo para las pequeñas y medianas empresas se encuentran en probar nuevas recetas.

En sus casi 20 años de experiencia profesional en el campo de los negocios, Igor Grimaldo considera vital para cualquier empresa, especialmente para las medianas que desean convertirse en grandes, la elaboración de un planeamiento estratégico que parte de una sola pregunta: ¿cuál es la visión que tiene de la empresa? Esta interrogante, según comenta, suele quedarse solo en los documentos oficiales, pero muy pocas veces los principales actores de alto nivel en una compañía logran tener una sola versión al respecto. Con lo cual, se genera uno de muchos problemas. “Unos giran a la izquierda, otros a la derecha y no tienen un norte”, advierte Grimaldo.

¿Es posible crecer aún en tiempos de crisis?

Claro que sí. De hecho en el año 2014, una de cada cuatro empresas creció más de 20% en su renta. Pero también está la otra noticia de que una de cada cuatro perdió el 50% de las ventas en ese mismo periodo. De un lado tienes un grupo que crece, y otro que cae. Esto significa que las empresas medianas aún son muy vulnerables.

Y son las que tienen más potencial de desarrollar empleos…

Claro. Entre empresas grandes y corporativas estamos hablando como de 3200 compañías, y sin embargo, en las empresas medianas tienes 30,000. Las de arriba prácticamente aportan el 50% del PBI, pero si se logra que solo el 10% de las empresas medianas crezcan hasta el siguiente nivel, se tendrá 3000 nuevas grandes empresas. Con lo cual, se duplica el aporte al PBI. Solo con esa medida, se puede crecer en la forma que todos los políticos desean.

¿Cómo se refleja esta vulnerabilidad en las empresas medianas?

En tres síntomas: empiezan a tener contingencias tributarias (tienen multas) porque la gestión contable y financiera no ha sido la más adecuada. De otro lado, tienen contingencias laborales porque son empresas que normalmente se han iniciado con un componente informal. Por último, tienen contingencias internas que van desde los robos (por personas que creían eran de confianza) hasta problemas de organización por no haber definido los perfiles de cada cargo.

¿Cómo identificar los problemas de una empresa?

Sin saber siquiera cómo manejar el negocio, puedes preguntarte qué tipo de perfil debe tener el gerente general de una compañía y luego, como primera opción, buscar alguien de la familia que aplique para tener esas funciones. Nunca al revés. Se debe establecer un protocolo familiar porque es donde se fija cómo debe tratarse una empresa.

¿Qué se puede hacer frente a un problema de liderazgo?

Invitar a directores que tengan experiencia en sectores similares y afines para tener un directorio plural. Definir la forma de liderazgo es como armar un equipo de fútbol, solo se tienen once jugadores porque con ese número se juega. Se debe tener una organización exacta y a la medida de la empresa.

¿Existen distintos modelos de desarrollo para cada empresa?

Claro. Hay empresas que pueden decir, por ejemplo, que no necesariamente crecerán en el mercado sino que van a invertir en mejorar su imagen de marca. Lo que se hace en ese caso es una optimización de costos y de procesos para que la empresa produzca lo mismo con el 20% menos de costo.

¿Qué fortalezas puede haber en una empresa familiar que quizá no suelen aprovecharse adecuadamente?

La principal fortaleza es el espíritu emprendedor y el modelo exitoso de negocio que los llevó a donde están. Pero el mercado es cada vez más cambiante, hay más competencia de fuera y por lo tanto, siempre deben buscar nuevas formas de competir. No se mejora haciendo siempre lo mismo. Si aplicas la misma receta, te saldrá la misma torta.

¿En qué elementos una empresa debería fijarse cuando evalúa su entorno?

En general, se tiene que cuidar tres dimensiones: clientes, mercado y competencia. Evaluar bien a la competencia te permite identificar el nivel de eficiencia con el que produces. El otro análisis que también se debe hacer es en base a la historia propia, preguntarse en qué momento les fue mejor y por qué razones.

DATO

Igor Grimaldo. Gerente. Economista por la Pontificia Universidad Católica del Perú y MBA Global, con experiencia en el área comercial y marketing. Actual gerente del Centro de Desarrollo Empresarial de IPAE.

40 millones de soles en promedio es lo máximo que factura una empresa considerada mediana.

90 por ciento de las empresas medianas en Perú son familiares.

«Pude conocer más allá de lo que me daba mi entorno»

Gestión.- 25.05.2016. Mitzy Flores, fue una de las ganadoras de “La entrevista de tu vida” y actual trabajadora de Nestlé.

Extrañaría el color de las montañas y la música del río, pero quería dejar la selva para trabajar en Lima. Su madre era de Iquitos y su padre de Amazonas, pero Mitzy Flores nació en Yurimaguas y la vida la llevó a Tarapoto, donde decidió estudiar Contabilidad por una razón práctica: era buena. Aprovechó sus vacaciones para viajar a la capital peruana y ejerció todo tipo de oficios. Mesera, ayudante de cocina, grifera, cajera de una cabina de internet y de una boutique. Dice que ese es el trabajo más difícil que ha tenido, pero le enseñó sobre inteligencia emocional y supervivencia en la ciudad.

Durante su último año en la Universidad Peruana Unión, los alumnos firmaron una carta en contra de un profesor del cual no estaban aprendiendo nada. El coordinador de su facultad le preguntó cuál era el problema y le pidió que se lo explicara directamente al maestro en cuestión: solo necesitaba un buen curso de pedagogía. “Después de esa experiencia tuve claro que no me había equivocado de carrera. Quería ejercerla, no dejar que se me fuera la vida haciendo algo que solo me diera dinero”, confiesa.

Aquella anécdota le hizo ganar un viaje a Lima para participar en el CADE Universitario 2015. No sabía de qué trataba el evento, pero pronto entendió que era “la oportunidad de conocer más allá de lo que te da tu entorno, al menos para alguien de provincia”. Lo que más valora son los amigos que hizo y nunca olvidará la presentación de Juan Gabriel Reyes, CEO de Nestlé Perú, sobre la “Iniciativa por los Jóvenes”. Hasta ese momento, Mitzy solo asociaba la marca con helados D’Onofrio y panetón, pero entonces descubrió que la empresa había creado un programa para mejorar la empleabilidad de chicos entre 18 y 30 años.

Aunque el proyecto empezó en Europa como una consecuencia de la crisis económica del 2013, acababa de llegar al Perú para desarrollar una serie de programas y en el CADE se presentaba con una iniciativa concreta: “La entrevista de tu vida”, una dinámica en la que cuatros ganadores viajarían a Suiza para conocer cómo funcionaba, pensaba y sentía la enorme corporación que hace 150 años nació en la pequeña ciudad de Vevey.

Ese día, Juan Gabriel Reyes habló sobre la necesidad de que los jóvenes desarrollaran habilidades blandas, pues la mayoría cree que solo será contratada por lo que sabe pero dejan de lado temas de liderazgo e inteligencia emocional. En alianza con IPAE y con la reclutadora internacional Michael Page, 567 universitarios fueron evaluados en una serie de dinámicas grupales que simulaban un reclutamiento laboral. Los finalistas tuvieron una entrevista personal que, para Mitzy, fue más difícil de lo que hubiera imaginado. “Me movió por lo personales que se volvieron las preguntas, como cuál había sido el momento más feliz y más triste de mi vida. Son cosas que yo no relacionaba con el trabajo y que me sirvieron para descubrir cosas de mí misma”, recuerda.

Se enteró de que había sido elegida mientras comía un cebiche bajo el sol de Tarapoto. No lo podía creer, pero el pasado mes de noviembre partió a Europa durante cuatro días junto a Yirvin García, Joshua Pardo y Gonzalo Vásquez, quienes también resultaron ganadores. A los 22 años, ahora está sentada en las oficinas de Nestlé Perú, donde trabaja en el área de impuestos desde hace cuatro meses. Al preguntarle cuáles fueron las principales lecciones que aprendió en Suiza, responde con una sonrisa: “Primero, escuchar las experiencias de los demás. Conocimos a muchos latinos que no la han tenido fácil… hacen que uno valore lo que tiene. También entendí cómo funcionaba una empresa tan grande. Yo pensé que era gracias a la tecnología, pero Nestlé son las personas. Al final, descubrí que si había sido capaz de llegar hasta aquí, era capaz de llegar a cualquier lado”.

Somos afortunados

Semana Económica.- 17.05.2016. Mari Loli Camarero Cisneros. Miembro del comité de CADE Universitario 2016

Hace unas semanas conversaba con un grupo de personas de unos 40 a 45 años, quienes comentaban con cierta tristeza que, en la época que culminaban la universidad, no tuvieron la mínima idea de lo que harían con sus vidas, y no por falta de ambiciones, sino por falta de oportunidades.

Para ellos el futuro era absolutamente incierto y desalentador, ya que el Perú de los ochenta era un país quebrado, abandonado por el resto del mundo, recluido en su miseria, prácticamente tomado por el terrorismo y se solía bromear con “El último en salir del aeropuerto apaga la luz”.

Esta situación fue producto de la más grande crisis económica que ha vivido nuestro país. El índice de inflación en 1980 llegó hasta 60.8% y en 1989 a 7,649.7%, según el Banco Central de Reservas del Perú. El desempleo llegaba a tasas de 11.2% y sólo en 1986 más de 50,000 peruanos emigraron a otros países en busca de mejores oportunidades. El Perú había tocado fondo.

Si comparamos nuestro Perú con el de las generaciones pasadas, podemos afirmar que somos afortunados; pero aún tenemos un gran trecho por andar. Para comenzar se requiere urgentemente descentralizar el desarrollo. Los índices de anemia y desnutrición crónica infantil siguen siendo alarmantes; por ejemplo, los indicadores de desnutrición crónica pasaron de 19.5% a 15.6% en el período 2011-2015, según el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. Todavía millones de peruanos no ven cubiertas sus necesidades básicas, aunque el 21.8% de la población dejó de ser pobre en comparación con el 2014.

Al terminar la universidad fueron muchas las oportunidades que se presentaron para mí y los miles de profesionales que buscábamos desarrollarnos tanto en el sector privado como en el sector público; pero éramos conscientes de que con ello asumíamos el compromiso de contribuir con el desarrollo de nuestra sociedad, para generar valor para nuestra comunidad.

Los jóvenes de hoy vemos de forma positiva y expectante la realidad de nuestro país. Primero que el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) informó que entre el 2011 y el 2015 las personas que cuentan con un empleo adecuado se incrementaron en 26.1% y el ingreso promedio mensual de los trabajadores mejoró en 32.2%. Segundo, este año el PBI crecerá 3.8%, y será uno de los de mayor crecimiento en Sudamérica, según una proyección de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Somos conscientes de lo que tenemos, pero también de lo que nos falta. Estamos creciendo como nación gracias al esfuerzo de muchas personas, y ésa será la gran diferencia. Con talento, ingenio, capacidad de innovar y valores terminaremos de dar el salto que nos ubicará dónde queremos estar. Somos afortunados, pero tenemos una gran responsabilidad con quienes nos entregaron el país hace algunos años.

Esta edición de CADE Universitario 2016 inspirará a los jóvenes a innovar, a emprender y a crear empresa con una mirada sostenible, a motivar las futuras políticas públicas, a impulsar una urgente reforma institucional y a desarrollarse profesionalmente a través de un verdadero compromiso con el país.