Por Elena Conterno, presidenta de IPAE Asociación Empresarial.
Como señalaba en un artículo anterior, una democracia sin partidos es como una economía de mercado sin empresas. Necesitamos partidos políticos si queremos una democracia que funcione, en que las autoridades y congresistas tengan una mirada de largo plazo, formada y nutrida en el seno de los partidos políticos, y controlada también por los mismos.
El voto preferencial socava el funcionamiento de los partidos en la medida que implica que cada candidato haga campaña para que voten por él mismo y no por el partido y, como correlato, implica que los ciudadanos voten por personas y no por partidos. Y una vez electos, los candidatos no se sienten comprometidos con los planteamientos y propuestas de sus partidos, con lo cual los últimos difícilmente se responsabilizarán por la actuación de quienes fueron sus candidatos.
Implica también que los candidatos, en busca de votos –y en competencia hasta con otros candidatos de su propio partido–, hagan ofrecimientos clientelistas o populistas, que una vez electos promoverán, como hemos visto con la aprobación de la eliminación de peajes para beneficiar a un grupo de transportistas.
Además, favorece que resulten electos quienes más financiamiento consigan para su campaña, lo cual desdibuja la democracia interna del partido y además es sumamente peligroso si el financiamiento viene de minería ilegal, narcotráfico u otras actividades ilícitas. En elecciones pasadas ha habido acusaciones de que determinados grupos compraban un lugar en la lista para poner a su candidato y en una posición que tuviese altas posibilidades de salir electo, y luego financiaban generosamente su campaña, de tal forma que resultase elegido y luego pudiese retribuirles el favor con exoneraciones y beneficios.
Por último, el voto preferencial requiere más tiempo en el llenado de la cédula de votación, aumentando los riesgos que este proceso implicará en el contexto de la pandemia.
Lamentablemente, aún el Congreso no aprueba la eliminación del voto preferencial; de no hacerlo a más tardar el lunes 28, no será aplicable en las próximas elecciones. Sumémonos todos a demandar que lo haga, suscribiendo la petición de Transparencia “Eliminar el voto preferencial en las elecciones de abril de 2021”, disponible en la web “change.org”.
Fuente: Columna de Opinión del Diario Correo publicada el 26 de setiembre de 2020.
Fuente de la imagen: Diario Gestión