Educación para el siglo XXI

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Drago Kisic Aguirre – Miembro del Comité CADE por la Educación 2016

El sistema de enseñanza tradicional unidireccional en el que el maestro trasmite información que el alumno debe procesar, entender y memorizar ya no es efectivo para la formación personal y profesional que se requiere hoy en día. Precisamente este será un tema que se tratará a profundidad en el próximo CADE por la Educación.

Se requiere desarrollar en los alumnos una serie de competencias que les permitan como personas y ciudadanos, gestionar adecuadamente sus emociones, relacionarse mediante vínculos de confianza, desarrollar interés por los problemas del entorno participando en la búsqueda de soluciones e incorporar intereses relacionados con las artes, el deporte, la cultura. Esto último conducirá a que puedan expresarse con creatividad a través de distintos canales incluyendo el corporal y emocional.

En lo profesional, evidentemente es necesario contar con conocimientos técnicos relacionados con las áreas de desempeño, pero también se requieren competencias como las de trabajo en equipo, que el sistema educativo tradicional no ha fomentado bien, ya que promueve un ambiente competitivo que califica a los alumnos a través de su rendimiento en ciertas materias, dejando de lado aspectos valiosos de su personalidad que no son considerados. Esto impide que los estudiantes formen adecuadamente su identidad y puedan convertirse en personas autosuficientes y seguras de sí mismas, pues, están en constante comparación con los demás en lugar de mirar sus propias necesidades.

Para lograr un cambio se requiere un replanteamiento del currículo educativo y de las metodologías de enseñanza, lo que el Ministerio de Educación ya empezó a hacer, a modo de romper con la tradicional segmentación por áreas e incorporar un aprendizaje a través de desafíos, casos o proyectos que aborden las inquietudes recogidas por los alumnos y les permita buscar soluciones creativas a los problemas del entorno. En paralelo, se desarrollan habilidades como la comunicación, el trabajo en equipo, el liderazgo y también se integran distintas materias como la geografía, las ciencias, la historia, de modo de generar varios tipos de aprendizaje de manera transversal.

Adicionalmente, es importante potenciar el rol del maestro, quien debe también contar con una serie de competencias que le permitan facilitar el aprendizaje de los alumnos bajo este nuevo esquema. Debe ser un maestro con hábito de investigación y un ejemplo a seguir en la aplicación de valores humanos. Debe ser emocionalmente inteligente para brindar un acompañamiento más personalizado y tener un rol de liderazgo articulando con todos los que participan en la formación del alumno, especialmente los padres de familia.