¿Qué lecciones acerca de la innovación puede aprender el Perú de otros países de la región? Para responder a esta pregunta, CADE Educación -el foro educativo más importante del país, organizado por IPAE Acción Empresarial, incluyó en su programa la sesión “Gestión de la innovación: Las experiencias del MINEDUC de Chile y del Plan CEIBAL de Uruguay”. El diálogo estuvo a cargo de Carinna Bálsamo (Uruguay), Gerente de Educación y Aprendizaje Profundo en CEIBAL; y Héctor Gómez (Chile), Jefe de Desarrollo Curricular UCE del Ministerio de Educación de Chile. César Bazán, Gerente General en i4d Innovación para el Desarrollo, condujo la sesión.
El primer eje temático de la sesión se enfocó en las repercusiones que la emergencia sanitaria del COVID-19 generó en el sector educativo. César Bazán detalló que, de acuerdo a estudios realizados, la educación del Perú retrocedido 10 años a causa de la pandemia. En cambio, el retroceso en Chile fue de apenas 1 año y en Uruguay no se registró ningún retroceso en los aprendizajes de los estudiantes. ¿Cómo fue esto posible?
Carinna Bálsamo detalló que CEIBAL, el Centro de Innovación Educativa con Tecnologías Digitales de Uruguay, viene trabajando desde el año 2007 en el cierre de brechas de conectividad, acceso y uso de la tecnología en las escuelas del país. Gracias a ello, el país cuenta con un 98% de escuelas conectadas a banda ancha, que atienden al 99,8% de los estudiantes. Esto les permitió afrontar la pandemia mucho mejor preparados.
“Además, nos enfocamos en transferir conocimientos a los docentes y formarlos, para que ellos puedan llevar la tecnología al aula. Ese es nuestro distintivo. Empoderamos a los docentes con herramientas nuevas y mayor conocimiento para que ellos las puedan transformar en experiencias de aprendizaje para nuestros niños y jóvenes. Eso es lo que nos ha permitido enfrentar la pandemia”, explicó Carinna Bálsamo.
Por su parte, Héctor Gómez explicó que las políticas públicas de educación en Chile tras la pandemia se centraron en un enfoque interdisciplinario, la priorización curricular y el aprendizaje socio emocional. Para lograrlo, fue indispensable generar diálogos constantes con las comunidades educativas de todo nivel.
“Este diálogo fue fundamental. Somos un país muy largo y angosto, con bastantes diferencias y una rica diversidad a escala humana y también institucional. En este momento estamos realizando un congreso curricular. Todo el país está en esta instancia respondiendo a preguntas como: ¿Qué queremos aprender? ¿Cómo queremos aprender? ¿Cuándo y dónde queremos aprender? Esto nos permitirá actualizar el currículum educativo y el diseño de políticas públicas”, afirmó Héctor Gómez.
A modo de conclusión, César Bazán recalcó la necesidad de imitar estas buenas experiencias en el Perú, fomentando un diálogo con las comunidades educativas y empoderando a los docentes para que sean capaces de llevar la educación de calidad a los estudiantes de todo el territorio peruano. “Deberíamos aprender de esto y hacer justamente un diálogo constructivo ciudadano mucho más a largo plazo. Nos hemos retrasado 10 años y debemos trabajar en recuperarlos”, finalizó.