Presidente de CADE Educación, César Guadalupe, consideró que en el Perú existe una profunda debilidad institucional en materia educativa
Este miércoles 5 y jueves 6 se realizará la décima edición de CADE Educación, cita que reúne anualmente a representantes del sector público, privado y la academia para discutir acciones hacia una educación de calidad. Este Diario conversó con César Guadalupe, presidente de este foro.
— El lema de CADE Educación 2018 es “Transformemos el sistema educativo ¡ya!”. ¿Es este un llamado de atención al Gobierno?
No está asociado a la coyuntura. En los últimos 20 años, el sistema educativo peruano ha mejorado en varias cosas, aunque aún no hemos alcanzado los niveles deseados. El lema es un llamado estratégico a mirar aspectos que debemos modificar. Entre ellos, la estructura y gobernanza del sistema educativo, los cuales se discutirán en CADE.
— ¿Cómo definiría el rol del Ministerio de Educación?
El sector habló mucho de modernizar la gestión educativa, pero aparte de capacitar directores, ¿en cuánto cambió esa gestión? Cada vez más las escuelas son vistas como instancias de operación de lo que el Minedu decida. Hay un centralismo muy grande.
— ¿Cómo modificar esto?
Se deben crear las condiciones para que las escuelas funcionen por sí mismas, que los profesores puedan ejercer su profesión, y que los alumnos tengan un espacio adecuado. Por ejemplo, si los directores dedican la mayor parte de su tiempo a llenar formularios para el Minedu, ¿a qué hora son líderes pedagógicos?
— Hoy los estudiantes deben cursar los tres niveles (inicial, primaria y secundaria) durante al menos 11 años consecutivos. ¿Esta es la fórmula adecuada?
El problema es que los alumnos son educados por distintos maestros, y nadie se preocupa por la trayectoria educativa del menor. Debemos pensar en escuelas integradas de educación básica.
— ¿Cómo funcionarían?
Podrían operar en varios locales, sin problemas. Lo que se tiene que modificar son las escalas, a fin de que haya las suficientes para contratar a profesionales que acompañen al alumno. Así, en las escuelas se trabajaría en equipo y de manera integral, en lugar de que solo haya un director y maestros de aula. Sería una gestión integral.
— Actualmente, el gremio docente está atomizado. ¿No será difícil convencer al maestro para que participe en esta forma de gestión?
Es un reto. Por ello, es importante convertir a los docentes en trabajadores a tiempo completo. Una de las razones por las cuales eso no sucede es que en algunos colegios ni siquiera hay sala de profesores. Es un problema complejo, más allá del tema salarial.
— Pero el reclamo gremial sí es económico y unificado: exigen un aumento del piso salarial a 1 UIT hacia el 2021.
Ojo: no solo se trata de pagar más, sino de construir espacios de trabajo. Si se aumentan los sueldos sin cambiar la estructura [de gestión], solo se pagará más por un sistema que funciona igual. Se requiere mejorar las condiciones: que puedan trabajar en colectivo, o que tengan jornadas de preparación de clases en la escuela, junto a otros colegas con los que intercambien ideas.
— Pronto la Corte Suprema decidirá la continuidad del enfoque de género en el currículo escolar, luego de que un colectivo de padres solicitara su retiro. ¿Se pueden emprender políticas en educación cuando el Poder Judicial acepta estas demandas?
Acabo de leer un diario de Toronto, donde sucede exactamente lo mismo que en el Perú: un grupo de padres reclama por la educación sexual en el currículo. Evidentemente, el Poder Judicial canadiense no admitiría una demanda como esa. La diferencia con el Perú es que aquí existe una profunda debilidad institucional en materia educativa.
— ¿Es nuestra meta educativa ser Finlandia?
Hay que asumir la factura para ser Finlandia. Pero si no estamos dispuestos a que buena parte del PBI vaya anualmente al sector Educación, esa es una meta inviable.