Ernesto Balarezo – Miembro del Comité CADE Universitario 2018
Éxito, según el diccionario de la Real Academia Española, se explica como el “resultado feliz de un negocio, actuación, etc.”. Así es como la mayoría de nuestros padres y las personas de mi generación lo entendemos y lo hemos aprendido. La mayoría de nosotros empezó su carrera trabajando para alguna organización. Era la forma más “segura” de tener “éxito” en la vida, de poseer un inmueble donde albergar a nuestra familia, poder cubrir sus necesidades y lograr ahorros para asegurar nuestra vejez. Funciona para muchos y es una manera válida de decir que fuimos exitosos. Pero, ¿cómo definimos hoy el éxito?
Mi experiencia reciente organizando un encuentro de estudiantes y trabajando en oficinas de espacios compartidos me ha llevado a conocer profesionales de nuevas generaciones. Encuentro que los jóvenes están más enfocados en hacer que el camino para lograr ese resultado sea el mejor: más agradable, alegre y productivo. Son impacientes. No quieren ni van a esperar el resultado final para poder decir que tuvieron éxito. Para ellos, el viaje, el proceso, es lo importante, y si el viaje es bueno, confían que el resultado final será increíble. Se trata de vivir exitosamente.
Durante este viaje, a los jóvenes no les cuesta compartir conocimiento, bienes y servicios. Tienen acceso a mucho más, poseyendo mucho menos. Su viaje es más rico, de más experiencias, se benefician el uno del otro, es sumamente colaborativo. Esta forma de vida está basada, por ejemplo, en el concepto de “economías colaborativas” (sharing economies), que no es más que compartir lo que tienes, a cambio de que compartan contigo lo que necesitas. Uber y Airbnb son los primeros ejemplos de esto y demás está decir que esto no sería posible sin la tecnología que hoy nos acompaña.
En nuestro país, iniciativas como CADE Universitario y Comunal Coworking, son ejemplos de cómo, en los campos de la educación y trabajo, podemos emprender este viaje. En CADE Universitario asisten alrededor de 600 destacados alumnos de universidades de todas las regiones, que, sin conocerse previamente, logran conectarse y trabajar juntos para plantear soluciones a problemas específicos del país.
Por otro lado, en Comunal Coworking, encontramos espacios de trabajo para profesionales independientes como empresas de todo tamaño, donde los aspectos sociales, culturales y laborales conviven entre sí. Esta forma de trabajar ayuda, naturalmente, a la creación de espacios de colaboración. Un beneficio materialmente importante y que se vive a diario es la interacción entre personas de diversas empresas, creando así uno o varios ecosistemas donde todos se enriquecen.
En un mundo globalizado, totalmente conectado, de emprendedores más que de empleados, donde es claro que todos necesitamos de todos, poseer habilidades de interacción y colaboración muy desarrolladas será la clave de los líderes exitosos. Espacios como el CADE Universitario y Comunal Coworking generan las condiciones para aprenderlas, potenciarlas y aprovecharlas. Son plataformas para emprender un viaje exitoso.